LYSA
Por una vez en su vida,
Lysa se levantó antes que su hermana. Discretamente se vistió y bajó a la
cocina. Esperaba encontrar a Petyr, pero observó por los restos sobre la mesa
que él había sido aún más madrugador. Él y sus misterios. Subió a la biblioteca:
no halló su rastro tampoco allí. Bajó las escaleras con cuidado, pensando que
podría sorprenderlo por alguno de los pasillos del castillo escuchando las
conversaciones de los criados, agazapado y mirando por alguna cerradura. Todo
desierto. Ya llevaba un tiempo en el que lo notaba un tanto esquivo y también
distraído, sobre todo cuando estaban los tres juntos. En la mañana anterior
creyó ver un destello de su antiguo amigo cuando estaban con Cat: la picardía
de sus ojos, la sonrisa satisfecha al vencer a su hermana en el juego de las
prendas… Era toda una novedad desde hacía un año, cuando notó el cambio que se
produjo en el chico. Se sacudió la melena castaño rojiza con fuerza, como si
con ese gesto pudiera también eliminar esos tontos pensamientos de su mente.
Salió al patio. Oyó un
golpeteo extraño cerca del lugar de entrenamiento de Edmure. Con sigilo, se
acercó a observar de dónde provenía ese sonido. No parecía el martillo del
herrero sobre el yunque, porque no era un ruido metálico. Además, era demasiado
temprano como para que se estuviera trabajando en la herrería. Fue
desplazándose pegada a la pared hasta que llegó al quicio de la puerta del
cobertizo donde se guardaban trastos de poco uso. El sonido era ahora más
claro. Parecía que algo de madera golpeara sobre una piedra. Se asomó con
cuidado hacia el interior y lo que vio la dejó sin aliento: Petyr blandía una
espada de entrenamiento y con ella lanzaba estocadas contra una piedra de
amolar rota. Se había quitado el jubón y dejado la camisa de lino, que se había
abierto por los movimientos torpes que el muchacho hacía. El sudor empapaba el
pelo rizado y de vez en cuando se pasaba la mano por la cabeza. A Lysa le
pareció adorable. No tenía el porte de un caballero luchador, ni tampoco era un
muchacho de aspecto fuerte, pero la idea de que quisiera serlo le gustó tras la
sorpresa inicial. Petyr nunca había demostrado interés por las armas y Lysa se
preguntaba por qué ahora sí. Decidió averiguarlo y la única manera de hacerlo
era continuar espiándolo. Sin duda había tenido al mejor maestro para seguirlo
sin ser notada.
A Lysa le pareció adorable y a mi también...jej...creo que ya se esté perfilando hace ya un rato su inclinación hacia Cat, quiero decir que lo empieza a demostrar ya habiendo cambiado frente a su compañera de infancia Lysa...aunque todavía ella no se haya dado cuenta que el amor, para él será Cat....que tierno el Petyr....
ResponderEliminarMuchísimas gracias por los comentarios :)
ResponderEliminarHay soy yo o es muy sensual el muchacho, jeje verlo entrenando así sería impactante para cualquiera, no dudo que Lysa esté enamorada de Petyr, que pasará, voy al siguiente capítulo, gracias Athena. Muaa.
ResponderEliminarQuerida Eli fue muy impactante verlo así, tan sudado y concentrado, sin jubón... con la camisa de lino pegada al pecho... ¡que cuerpo!
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