PETYR
Estaba
en el bosque de dioses. No era consciente de haber llegado hasta allí, pero el
cansancio le decía que había estado corriendo. Sentía la cabeza embotada, como
si una niebla le impidiera ver sus propios pensamientos. De repente, vislumbró
en su interior a Cat, su Cat, junto a aquel hombre que se la robaba, las manos
entrelazadas y ella resplandeciente de felicidad. Se dejó caer sobre la hierba,
agotado y sudoroso, la espalda tocando el suelo. Empezó a llorar
desconsoladamente mientras repetía una y otra vez el nombre de su amada. «Cat,
Cat, Cat, Cat, ¿por qué me haces esto?» Le dolía el pecho por la carrera, pero
él imaginaba que la razón era su corazón roto. Se tapó la cara con las manos y
sollozó como un niño. Escuchó los pasos de alguien que se
aproximaba. Lysa surgió de entre los árboles, resollando sin aliento. Ni se
había percatado de que ella lo persiguió cuando salió huyendo del salón
principal de Aguasdulces. Se aproximó a él con el rostro compungido. «Petyr, no
llores, no merece la pena. Cat nunca podría haber sido tuya.» El muchacho
rechazó su intento de abrazo al tiempo que le decía «¿Qué sabrás tú de lo que
me pasa? ¡Sólo eres una cría con la cabeza llena de pájaros!» Lysa se apartó,
dolida. «Sé lo que es amar y que no te correspondan… Y tú eres el culpable de
ello, Petyr.» ¿A qué se refería? Nunca pensó que Lysa hubiera estado realmente
enamorada de alguien en su vida, sólo pensaba en los protagonistas de las
canciones que tanto le gustaban y en los besos de menta… ¿O no? No podía ser…
¡El juego de los besos no había sido sólo una travesura de las suyas! Ella lo
había tomado en serio y por eso había estado demandando sus labios durante
aquellos días en el bosque de dioses. ¡Qué ciego había estado! Petyr soltó un
risa histérica. ¡Era increíble a la vez que irónico! Lysa enamorada de él, él
de Cat y Cat a punto de casarse con otro. Qué patético sonaba todo. El amor era
algo horrible e injusto. En el mundo real no cabían los romances de los poemas
y las canciones. Sin embargo, él podría… La cara de Petyr se iluminó en un instante
y Lysa observó extrañada la transformación de su rostro, que se hizo pétreo. «¿Qué te ocurre? Me estás dando miedo», le dijo mientras le pasaba las manos
por las mejillas húmedas de lágrimas. No oía los requerimientos de la muchacha.
Una idea le pasó por la mente. Una idea loca, pero ¿acaso no era de locos todo
lo que estaba viviendo? «Voy a retar a Brandon Stark a un duelo. Cat tendrá que
escucharme esta vez lo quiera o no», dijo en voz alta.
Bravo! Me ha encantado como has plasmado los sentimientos de Meñique al enterarse...y estoy impaciente por ver como reacciona Lysa respecto a todo esto. Debería darme pena, pero tanto en el libro como la serie lo único que veo es rencor...
ResponderEliminarEsperando leer el siguiente :)
Bueno, he recreado un Meñique con un puntito oscuro... ;)
ResponderEliminarPetyr es luchador y no va ha tirar la toalla sin luchar y en el juego de tronos el juega para ganar :) Me encanta este Petyr adolescente!!!!
ResponderEliminar¡Ése es el espíritu,jajaja ! :)
EliminarVaya, por un momento creí que raptaría a Cat, pues es que Petyr es firme y decidido, tenía que hacer algo, como el mismo piensa esto es un laberinto del corazón jeje sonó a novela, es que es triste, todo sería más fácil si Petyr amara a Lysa, pero no, su corazón está volcado en Cat, será que la amargura de Lysa venga de éste amor no correspondido, pues que decir de Petyr, ese corazón está irremediablemente roto y dan ganas de abrazarlo, no creo que pase nada, si se enfrentan Petyr será derrotado bochornosamente, ahora quién podrá ayudar al joven meñique yo seeee Athena, necesitamos tus habilidades para salvar a nuestro querido muchacho enamorado. =P Saluditos amigas.
ResponderEliminarRaptar a Cat hubiera sido buena opción, jeje.
Eliminar¿¿Porque Petyr tarda tanto en entender mis sentimientos?? Ains, yo le amo con locura, conmigo seria feliz, con Cat no, ojala me escuche y no vaya a retarse :(
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